Día 24
Te quería contar que en el amor uno mas uno no son dos, que tres también pueden ser pares, que el amor en su adn no tiene letras cromosomas, que si asomas tu cabeza fuera de este mundo te electrizara saber, que eres tu, la mariposa en el estómago de lo que nos digiere y saborea cada día, que no es malo amar a más de una persona, lo malo es ponerle límites a lo infinito, a lo intangible, a lo único que perdura más allá de la materia, más allá de las bacterias que siempre van a la vanguardia, como me gustaría ser más río menos represa, amar y vivir sin que duela el hacerlo, sin descartar los besos que muero por tener, los que tengo que perder para no perder los labios elegidos, los no compartidos en esta estructura mundana, vana y ajena a todo lo que esta fuera de este mundo, donde todo fluye libremente, como este deseo que me rebalsa, y rompe mis configuraciones instaladas desde antes de ser yo, no es que quiera quedarme contigo para siempre, aunque suene muy frío si lo digo así, en tan sólo que duele tanto renunciar a tus besos sin siquiera haberlos sentido, quizás sólo comparable con vivir y jamás haber estado bajo la lluvia con brazos abiertos y ojos cerrados, sintiendo las gotas que masajean el espíritu, así me siento, viendo la lluvia por la ventana, pero deseando empaparme de ella, deseando empaparme de ti sin perder por otra parte a quien se empapa de mi como si yo fuera su lluvia.
Anónimo.
Dayanna Sánchez
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